Se define Máster Mind a un equipo de trabajo conformado por “Mentes
Maestras” encargado de dar seguimiento y brindar asesoría a los ejecutivos de
un proyecto.
Tradicionalmente el análisis de los requerimientos de un
proyecto lo realiza un analista o un líder de proyecto en solitario, quien se encarga de reunirse con el usuario y
definir las solicitudes y objetivos que debe cumplir el desarrollo tecnológico
a su cargo.
Se ha comprobado que el trabajo en equipo es más eficiente y
dinámico a la hora de generar ideas creativas y novedosas que aportan mejores
oportunidades operativas y funcionales
al desempeño de las operaciones del negocio.
El dicho que reza: “dos cabezas piensan más que una” tiene
una gran dosis de sabiduría que debe tenerse en cuenta a la hora de definir un
proyecto.
El Máster Mind está
idealmente conformado por integrantes de la organización y asesores externos
que se encargaran de revisar cada cierto tiempo el desarrollo del proyecto.
La sinergia de un
equipo de trabajo es incomparable e impredecible en cuanto al resultado óptimo
y creativo de soluciones y creación de nuevos proyectos con visión de futuro y de proyección a
nuevos nichos de mercado.
Es importante que quienes realicen la definición del proyecto
no solo tengan una idea del funcionamiento del negocio sino de su adaptabilidad
en el tiempo y de la captura de nuevos clientes potenciales al momento de
definir el alcance del proyecto.
Debe incluirse como parte integrante de este equipo Máster
Mind estrategas del negocio que tengan una visión clara del movimiento tecnológico
del mercado y del posicionamiento de la competencia.
Cabe destacar que, cada reunión debe culminar con un conjunto
de acciones concretas que tengan un límite de tiempo y que sean visibles,
tangibles y evaluables. Esto para evitar reuniones inútiles sin resultados
concretos. Este modelo de trabajo aunque ha sido exitoso en otras latitudes, debe ser implementado con estricto control en nuestros países latinos. Los
latinoamericanos somos expertos en
discursos floridos que se pierden en el
tiempo sin llegar a resultados concretos. El resultado obtenido no va más allá
de obtener un mejor cargo en la organización o ganarse la simpatía de los
superiores. Todo se diluye en pérdida de tiempo, costos y como se dice en
Venezuela: “pura habladera de paja”.
Los desarrolladores están la mayor parte del tiempo pensando
en el código de programación y generalmente son restringidos a una visión
limitada de los requerimientos que deben resolver. En muchos casos ni siquiera
conocen la parte básica operativa del funcionamiento del negocio.
En el artículo anterior mencioné en forma general la
atomización de los procesos de desarrollo. En esta oportunidad me extiendo un
poco más. Cierta institución financiera “atomizó” las áreas de negocio fraccionando
los sistemas desarrollados en “pedazos aislados” repartidos entre varios
programadores que no conocían la totalidad funcional de los mismos.
Un desarrollador podía tener a su cargo, por ejemplo, cinco programas distintos de diferentes
sistemas sin ninguna conexión lógica entre ellos. Otro desarrolladores tienen las "piezas faltantes" para entender el sistema completo.
La idea de este modelo de trabajo era impedir que los desarrolladores
se apropiaran del know-how tecnológico del negocio y además prevenir el fraude interno informático.
El resultado fue desastroso. Cuando hubo
necesidad de solventar una falla inesperada en tiempo real, con los clientes
esperando una respuesta, ninguno de los
desarrolladores fue capaz de hacerle frente a la situación por desconocimiento
integral del sistema.
El equipo mínimo que debe conformar un Máster Mind lo conforman:
Un Gerente del área de negocios propietaria del proyecto, un Gerente corporativo estratégico, una
persona de procesos, dos personas de desarrollo de sistemas y al menos un
asesor externo. Una vez definido los objetivos del proyecto y sus formas de medición
y evaluación, los desarrolladores pueden
seguir con el diseño del desarrollo del software y las siguientes etapas del
proyecto. El Máster Mind se encargará de de ahora en adelante, de verificar el
cumplimiento de los objetivos establecidos.
Para mayor información o si tu empresa necesita asesoría sobre este tema, me puedes escribir a: rpg.iseries@gmail.com
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final del artículo. El conocimiento es valioso, compártelo.
Autor: Ing. Liliana Suárez
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